El proceso de desalojo de un inquilino puede ser un desafío para los propietarios, especialmente cuando este se niega a abandonar el inmueble al finalizar el contrato o por incumplimiento. En Colombia, este procedimiento está regulado principalmente por el Código Civil y la Ley 820 de 2003, conocida como la Ley de Arrendamientos de Vivienda Urbana. A continuación, te explicamos los pasos que debes seguir y las normativas aplicables.
De acuerdo con la Ley 820 de 2003, las razones legales para solicitar el desalojo de un inquilino incluyen:
Terminación del contrato: Si el contrato venció y el arrendatario no desocupa el inmueble.
Incumplimiento de obligaciones: Como el no pago del canon de arrendamiento o de servicios públicos.
Uso indebido del inmueble: Por ejemplo, subarriendo sin autorización o uso para actividades ilícitas.
Es fundamental que estas causales estén documentadas para proceder legalmente.
La normatividad exige que el arrendador notifique por escrito al inquilino sobre la terminación del contrato con una anticipación mínima de tres meses, salvo que exista un acuerdo diferente en el contrato. Este preaviso debe incluir:
- La fecha en que se solicita la entrega del inmueble.
- La razón por la cual se solicita el desalojo.
Antes de recurrir a instancias legales, es recomendable intentar resolver el conflicto de manera pacífica. Una conversación clara o la mediación de un tercero puede evitar costos y tiempos adicionales.
Si el inquilino no desaloja voluntariamente, debes iniciar una acción de restitución de inmueble arrendado ante un juez. Este proceso tiene las siguientes características:
- Requisitos iniciales: Presentar el contrato de arrendamiento, los documentos que acrediten la causal de desalojo y el preaviso.
- Tiempo estimado: Aunque depende del congestionamiento judicial, suele durar entre 6 y 12 meses.
- Decisión judicial: Una vez el juez ordene la restitución, el inquilino estará obligado a entregar el inmueble.
En Colombia, el arrendador no puede realizar el desalojo por su cuenta ni recurrir a prácticas como el cambio de cerraduras, corte de servicios públicos o intimidaciones. Esto puede derivar en acciones legales en tu contra.
Para evitar problemas futuros, es recomendable contratar un seguro de arrendamiento. Este servicio cubre los riesgos asociados al incumplimiento del contrato y, en muchos casos, incluye la gestión de procesos de restitución de inmuebles.
En conclusión, desalojar a un inquilino que se niega a abandonar el inmueble requiere paciencia y apego a la normativa colombiana. Recuerda actuar siempre dentro del marco legal y, de ser necesario, busca el acompañamiento de un abogado especializado en propiedad horizontal o arrendamientos.
Si necesitas asesoría personalizada, no dudes en contactarnos. Nuestro equipo está aquí para ayudarte a proteger tus derechos como propietario.



